El Museo de Antioquia, los últimos siete años
Desde enero 2016 asumí la dirección general del Museo de Antioquia y para ello, junto con el equipo de trabajo, nos propusimos tres objetivos fundamentales. El primero, construir y consolidar una actitud sobre el centro de la ciudad y las comunidades a partir de la investigación de la colección y la revisión del edificio en su potencial comunicativo y museográfico con la calle. Le dimos el nombre de Museo 360 puesto que el Palacio Municipal, nombre que recibe la sede principal de la institución y que, al haber estado dedicada a las funciones de la administración de la ciudad, nos ofrece más de 80 puertas en las calles y carreras que circundan la edificación. A la realización de nuevos programas y salas de exhibición sobre Calibío, Cundinamarca y De Greiff, estos son La consentida, Las vitrinas, La esquina y otros programas que tienen como centro la interacción con las comunidades a partir del arte, y que son Diálogos con sentido, Calle museo, La banca azul, El caldero, Ver para leer, entre otros.
También, hemos trabajado en la Casa del Encuentro mediante la apertura de una nueva puerta que vincula a la Biblioteca del Museo directamente con la calle Cundinamarca, una de las más retadoras para la ciudad pues históricamente ha estado dedicada a la vida de bares, prostitución y explotación sexual. Es por todo ello que decidimos acercarnos de una manera más eficiente y directa desde diversas acciones artísticas, también como lo demuestra el programa Residencias artísticas Cundinamarca.
Desde el año 2018, en asocio con el Programa Buen Comienzo de la Alcaldía de Medellín, aportamos 250 metros cuadrados pertenecientes a la Casa del Encuentro para la construcción de un Jardín Infantil que estuviera al servicio de los hijos de los hombres y mujeres que circundan el Museo y la Plaza Botero, y es por ello que en la actualidad también contamos con la presencia permanente de niños que durante su primera infancia están creciendo al lado del entorno protector del Museo de Antioquia.
Con todos estos elementos tanto la curaduría del Museo como el área de educación han incorporado nuevos elementos a los que históricamente ya teníamos como han sido Museo y Territorio, Arte en Comunidad y otros que durante los últimos 20 años han trazado la ruta singular de esta institución que ya suma más de 140 años de vida.
Un segundo objetivo ha sido el del modelo de gestión que atienda las necesidades de sostenibilidad del Museo que, al ser de carácter privado sin ánimo de lucro, está en la necesidad de ganar cada día más mayor eficiencia en sus procesos, planteamientos estratégicos que desde lo administrativo den apoyo a la creación artística, la investigación del arte y el trabajo con comunidades. Para ello hemos adelantado en primera instancia un proceso riguroso de saneamiento financiero, estructuración del Museo como organización, y un modelo de gestión por proyectos que nos permite tener un sano control de los recursos, que en gran medida hoy provienen de los programas que realizamos en asocio con la empresa privada, y los ingresos propios derivados del funcionamiento de la institución. Gracias a ello pudimos sobrepasar los duros años de la pandemia ocasionada por el covid 19, entre otras contingencias de los últimos años.
La continuidad en el cuidado y crecimiento de la colección es otro de los temas más importantes que se han llevado a cabo. Además del importante acervo patrimonial, hoy contamos con la incorporación de archivos documentales y colecciones individuales de artistas como Ethel Gilmour, Javier Restrepo, Aníbal Gil, Dora Ramírez, lo cual, gracias a la generosidad de los artistas y sus familias, nos llevan a sumar un número muy importante de artistas y obras que narran la historia del arte colombiano y un importante capítulo de arte internacional en el tercer piso de la institución.
Para el futuro cercano queremos continuar con este trabajo de interacción profunda del Museo, el arte y las colecciones que ponemos en valor, mediante la interpelación y la mirada crítica a la ciudad y al país. Consideramos que este es una de las principales funciones de la institución y durante estos años nos hemos preparado desde adentro para asumir los nuevos retos que tendrán que pasar por conversaciones fundamentales que hechas desde el arte pueden aportar nuevas preguntas y reflexiones sobre temas tan vitales en la contemporaneidad como el medio ambiente, el territorio, la noción crítica de la historia, la apropiación social del arte y el derecho a la ciudad.
Por María del Rosario Escobar
