José Ignacio trae a Fragmentos del mundo su obra Arqueología en el espejo. El fuego y lo que queda de él es el comienzo de este proyecto artístico, lo que finalmente desencadena una puesta en escena que reúne los restos arqueológicos de los objetos que representan las principales preocupaciones de las sociedades hoy llamadas postmodernas. La obra no quiere expresar dolor o rabia ni tristeza o angustia. La obra se refiere explícitamente a los posibles hallazgos de objetos que serían recogidos por seres del futuro.
Objetos de culto (religiosos…), de poder (dinero, joyas…), de defensa y seguridad (todo aquello que les ha servido a nuestras sociedades para protegerse o defenderse: armas, municiones, candados, llaves, alarmas, cerraduras, chapas…), objetos que expresan las preocupaciones sobre el tiempo (relojes); además, objetos de alta tecnología (nuevos objetos de poder).
La obra compuesta por 96 piezas está realizada con materiales cerámicos (el planeta todo es cerámica), sobre tablas refractarias cocidas a 1.230 grados centígrados en promedio; en la mayoría de los casos, se implementó la técnica de la monococción; en otros, la doble cocción.