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La Consentida es: Gerente independiente

La Consentida es Gerente Independiente

Una de nuestras salas de La Consentida propone una conversación a partir de Gerente independiente, una obra del artista Alejandro Vásquez que nos habla de los grandes contrastes que hay en las economías de nuestro país: por un lado, están los empresarios exitosos que conquistan grandes mercados a nivel mundial; por el otro, están los emprendedores que recorren la ciudad tratando de rebuscarse la vida. Esta pieza nos habla del progreso de una región que no ha podido evitar la violencia, la inequidad, la pobreza y el desempleo. Además, La Consentida es Gerente independiente también dialoga con otras piezas que son el resultado de residencias artísticas y procesos de creación que reúnen las voces de las comunidades que habitan el entorno del Museo de Antioquia.

Pensar con otros

El trabajo con otros, la inclusión de voces diversas y la relación con las comunidades y el entorno se han constituido en los frentes de trabajo más importantes del Museo de Antioquia en las décadas recientes. Para tal fin, se han adoptado metodologías y estrategias diversas con un eje transversal: el empleo de las prácticas artísticas contemporáneas como un puente para conectar tiempos, espacios, personas e ideas de todo tipo, desde una postura crítica y contemporánea.

Este camino emprendido por la institución obedeció no solo a su historia, patrimonio y representatividad en el campo del arte y la cultura nacional, sino al rol fundamental de transformación urbana, social y cultural que cumplió el Museo al momento de su ampliación y traslado en el 2000 a su sede actual, y la posterior creación de la Plaza Botero. Este cambio se constituyó como el primer paso que dio la ciudad, desde la orilla de la cultura, para la consolidación de un espacio público de calidad luego de vivir tiempos difíciles y violentos en las décadas de 1980 y 1990, que terminaron por acentuar en la ciudadanía un sentimiento de desencanto y de ausencia de futuro, en la ciudad que era considerada, para ese entonces, como la más violenta del mundo.

Este trabajo con la comunidad tuvo hitos importantes como los Encuentros internacionales de arte MDE, organizados por el Museo en el 2007, 2011 y 2015, y ha tenido continuidad con los programas y proyectos desarrollados durante la última década; por ejemplo, Vive la plaza, que a partir de la invitación de artistas y colectivos activó el espacio público de la Plaza Botero con contenidos y reflexiones relacionadas con las problemáticas sociales del centro de la ciudad. A partir del 2016, esta actitud de relacionamiento con las comunidades ha permeado los guiones y salas de larga duración del Museo, y se ha consolidado a través del proyecto Museo 360 con sus programas La Consentida, La Esquina, Las Vitrinas Cundinamarca y las Residencias artísticas Cundinamarca.

Gracias a estos diálogos constantes, el Museo ha consolidado una actitud contemporánea, no solo con su colección patrimonial, sino con lo que sigue coleccionando y con las exposiciones que ha desarrollado. Todos estos cambios hicieron necesaria una relación distinta con públicos y visitantes, que considerara e involucrara sus voces, sentimientos, sueños y necesidades; por tal motivo, desde el área de educación se ha invitado a artistas y colectivos a crear contenidos con las comunidades que habitan los alrededores del Museo con programas y proyectos notables como Diálogos con Sentido, Calle Museo y La Banca Azul, entre otros.

Como resultado de esta implicación directa en la creación de obras, contenidos y conocimientos que involucran a la comunidad de forma directa y horizontal, el Museo se ha enriquecido en sus colecciones y en sus miradas. Todas las obras presentes en esta exposición responden a esta red de relaciones mantenidas por la institución en los últimos años, y en ellas se condensan voces diversas que presentan múltiples realidades que de otra forma serían invisibles a la mayoría de las personas, lo que nos recuerda la importancia de pensar con otros. El futuro de los museos y del arte pasa por la conexión profunda de ideas y personas a través de las dinámicas y los contextos encerrados en las obras, no por la producción de valiosos artefactos. No actuamos solos, somos vínculos.

¿Qué significa ser un gerente independiente?

El mito del emprendedor exitoso, del empresario que se hace de la nada, que apenas estudió pero que a base de trabajo duro “sale adelante”, es uno más de los capítulos de otro gran mito: el del progreso, que acompaña los discursos de desarrollo que trajo el siglo XX con la modernidad. En Antioquia, el mito tiene fundamentos reales derivados de un gran proceso de industrialización que hizo de la región una de las más prósperas del país; sin embargo, muchos de estos relatos de éxito, que tienen gran mérito, corren el riesgo de olvidar aspectos importantes, como el hecho de que muchos de estos progresos no pudieron evitar las crisis de violencia, inequidad, pobreza y desempleo que han afectado a la región desde hace varias décadas.

 

Al mito del progreso global se le suman aspectos locales que añaden matices muy particulares al tema del desarrollo, tales como la capacidad emprendedora de los antioqueños o su gran disposición para trabajar, entre otros más populares como la idea de que “un paisa nunca se vara”, o la de la “berraquera” o la “pujanza” “propia y generalizada” de las personas de la región. Todos estos discursos se ven cuestionados en la obra Gerente independiente, 2013, del artista Alejandro Vásquez, al vincular las voces de muchas personas emprendedoras que trabajan en el espacio público del centro de Medellín y que reiteran que el paisa sí se vara, poniendo en crisis uno de los principales imaginarios de identidad del ethos paisa.

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