Tranvía Cero en la Comuna 1

El colectivo ecuatoriano Tranvía Cero hizo parte de la programación de cierre del proyecto Museo + Comunidad en la Comuna Uno, que fue realizado con el apoyo de la Fundación Prince Claus. Allí, en los barrios Popular, Santo Domingo y Guadalupe, el colectivo trabajó con tres grupos comunitarios temas referentes a la memoria y el patrimonio local.

¿Cuál fue el trabajado realizado por ustedes en este proyecto de Museo + Comunidad?

Planteamos un proyecto enmarcado en arte, comunidad y espacio público, trabajando con niños, jóvenes y adultos mayores.

En el caso de los adultos mayores, trabajamos el tema patrimonial desde la identificación con placas conmemorativas de ciertos espacios iconográficos en el barrio Santo Domingo.

Con los jóvenes trabajamos a partir de una imagen corporativa para darles un sentido de pertenencia dentro del barrio, esto quiere decir que ellos ya trabajaban un tema patrimonial, la gente del barrio sabía que estaban haciendo cosas, pero no estaban identificados con un nombre. La propuesta fue crearles un logotipo, una imagen para ser trasladada a ciertos espacios, proveerles de una especie de uniforme para que ellos se identifiquen como un colectivo cultural. Con los niños trabajamos unos pasacalles.

Lo más importantes para nosotros fue crear unos lazos afectivos con la gente y activar un sentido de pertenencia por el barrio.

¿Cuál ha sido el trabajado realizado por el colectivo Tranvía Cero con el arte desde un enfoque comunitario?

Cuando aparece el colectivo existía una problemática en el arte en Ecuador, proveniente de los años 90, cuando se cierran las galerías por problemas económicos. Además, en Quito se empieza a pensar en la democratización del arte y la cultura, pues todo estaba en el Centro y Norte de la ciudad. Hubo una coincidencia de esos procesos, que eran económicos y políticos.

En medio de esto surgió el colectivo. Comenzamos a trabajar en el Sur de la ciudad, que era de una clase obrera, por lo que había ideas distintas sobre el arte; a buscar espacios donde mostrar nuestro trabajo, y se empieza a ver que hay otras lógicas, otras formas de relación con el público, que son distintos a los que van a los museos y las galerías. Experimentamos sobre la enseñanza, sobre cómo estamos aprendiendo y cómo nos relacionamos con el arte. Esos encuentros con los espacios y la gente empiezan a ser la fortaleza del colectivo. Siempre nos hemos preguntando qué pasa con el museo, con este tipo de espacios donde se centraliza el arte.

¿Dónde está el arte en los procesos comunitarios?

Tú puedes mencionar qué es arte o que no es arte desde distintos circuitos, los sociólogos pueden verlos desde el lado de la sociología. Lo importante es cómo se van quitando las fronteras entre las disciplinas y se enriquece el proceso. A nosotros nos han dicho desde activistas, gestores culturales, hasta el grupo que mató el arte en Ecuador. Lo que pensamos es que hemos dado nuevas pautas hacia la conformación de nuevas prácticas artísticas que no necesariamente tengan que ver con las artes tradicionales.

Lo que nos gusta es ampliar esos parámetros de lo que entendemos por arte.

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